Acaba enero, un mes muy bueno para comprobar nuestra
disposición a la hora de cumplir con los propósitos que, en un momento de
energía y subidón, nos hicimos con la llegada del nuevo año. Hay gente que
todavía no habrá empezado diciéndose a ellos mismos la cantinela de “mañana
empiezo”, hay otros que ya han empezado para dejarlo más tarde y muy pocos los
cumplirán durante el plazo previsto.
Yo, personalmente, paso de los propósitos. Unos años atrás,
con cada año nuevo que llegaba me ponía a escribir mis propósitos, ahí, en
bonito, con un papel en el que se podían leer rodeados de miles de dibujitos y
colorines. Mi lista de propósitos, como si una cabalgata del orgullo gay se
tratase, se podía ver de lejos.
Sin embargo, desde hace dos años, paso de propósitos y de
listas, ¿para qué hacer nada si luego no cumplo ni la mitad? Así que después de
dos años chungos y con algo más de sabiduría a mis espaldas, he decidido pasar
de todo esto. Me estoy volviendo to’ malota, sí señor.
No obstante, aunque no haya ningún papel de por medio, este
año he decidido hacer deporte, practicar eso de mens sana in corpore sano. Así
que los martes y jueves salgo a correr, además de hacer un total de 48
sentadillas todos los días. Como siga así se me va a poner el culo como a la
Venus de Milo, vamos, duro como una piedra, con el atractivo añadido de que yo
tengo brazos y ella no.
También quería empezar a pintar un cuadro al óleo y ya lo he
empezado, sólo falta retocar, ahora, que no sé cuando terminaré de dar esos
retoques, pero oye, ya está casi, y eso que no ha terminado enero, todavía me
quedan 11 meses por delante para hacerlo.Otra cosa que quiero hacer es aprender inglés, pero vamos un
propósito tipical spanish, y escribir con más regularidad en el blog, pero es
que me entra una perritis…pero bueno, hay tiempo.
Yo de momento, mañana no voy a poder salir a correr, el
invierno ha hecho estragos en mi pequeño cuerpo. Tengo las manos moradas y
llenas de sabañones, y me tiro todo el día como Bochan, con el moco colgando. Vamos,
que un personaje de las películas de Tim Burton tienen mejor color de cara que
yo.
¡Ay, los propósitos!!! Todos fruto del momento de euforia,
pero no hay Nochevieja que no nos acompañen en nuestra cabecita. Sólo nos queda
esperar y ver cómo se porta el nuevo año con nosotros.
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