No es difícil ver por la facultad carteles sobre la donación de óvulos, en los que te invitan a ser donante y te informan sobre una sustanciosa remuneración por el esfuerzo que en estos tiempos de crisis no viene nada mal. Es entonces cuando me pregunto si las donantes lo hacen porque quieren ayudar a esas mujeres que quieren y no pueden ser madres o lo hacen por el dinero.
La respuesta a eso no la tengo, pero de lo que me he dado cuenta pensando sobre el tema es que a las mujeres nos hicieron para que todo nos costara el doble que a los hombres teniendo el doble de inteligencia, y es que hasta en los casos en los que pretendemos ayudar a que el parto lo tenga otra, nos cuesta lo nuestro. Desde el momento en el que una mujer decide colaborar y ser donante de sus preciados óvulos, tiene que someterse entre otras cosas a un examen ginecológico e incluso debe tener un asesoramiento psicológico.
Y mientras que las mujeres se tienen que someter a todo tipo de pruebas, los hombres llegan y pum, ya lo tienen todo hecho. Hay mujeres que donan sus óvulos por solidaridad con aquellas que quieren tener hijos, pero lo de los hombres, eso si que no me creo que sea por simple altruismo. Yo creo que ellos piensan ¿Por qué no hacer lo que hago a menudo en mi baño en un sitio dónde además me pagan por ello? Así de injusta es la vida.
Algunos se dedican a donar esperma como el que dona sangre y sin darse cuenta tienen hijos desperdigaos por el país, porque digan lo que digan, esos niños que salen de ese esperma son sus hijos aunque no los vayan a conocer en su puñetera vida. Esos niños pueden salir con sus gestos, sus manías, su rasgos…vamos, que cualquier día se pueden encontrar por la calle con un miniyo. A mí sinceramente, me daría un no se qué encontrarme por la calle una niña con la misma cara que yo cuando chica, con el mismo moño a modo de palmera con el que me peinaba mi madre antaño y diciendo las mismas pachochás que yo a esa edad.
Lo cierto es que con los adelantos que hay ahora se puede hasta tener niños a la carta. Según mi compi La Vero, a ella le gustaría ir a un banco de esperma para que le inseminaran con la semilla no de un geranio, sino la de un negro con los ojos azules, y así tendría más posibilidades de que el niño saliera mulato, que es un color muy sufrío, y con unos ojazos del color del cielo. Yo le he dicho que eso no es como la carnicería, además eso es suerte, porque los padres pueden ser muy guapos pero por una gracia del destino, el niño puede salir más feo que el escaparate de una ortopedia, y si no que se lo digan a La Pantoja y a Paquirrín, que con ese padre y esos hermanos tan guapos cuando se mira al espejo el pobre se tiene que cagar en las leyes de la genética y en la madre que parió a Panete.
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